La revista impresa Omnes de enero de 2024 profundiza en el tema del celibato con competentes autores, y apuntes sobre la enseñanza de los Papas y la Tradición de la Iglesia.
Desde collationes.org se recomiendan especialmente los siguientes artículos:
- Francisco Otamendi: ¿Celibato cuestionado? Un don de Cristo a la Iglesia
- Eduardo Terrasa: El celibato como propuesta afectiva plena
- Fernando Cassol: Las crisis vitales: oportunidad de un nuevo nacimiento
- Paul O'Callaghan: El celibato apostólico de los laicos
- Mons. Celso Morga: Celibato y vida sacerdotal
- Paloma López (entrevista a Carter Griffin): Carter Griffin: “La esencia del celibato es la entrega”
Reproducimos la presentación del dossier:
El “Informe de síntesis”, que recogía el compendio de los temas tratados en la primera fase romana del Sínodo universal sobre la sinodalidad, contenía una mención al celibato de los sacerdotes. Estaba situada entre las “cuestiones que afrontar”, como un tema que habría de “ser retomado ulteriormente”. Este número de Omnes quiere contribuir a ese estudio más detenido, y reúne algunos artículos que se ocupan del celibato y lo consideran desde diversas perspectivas.
Partía el “Informe” del reconocimiento, aceptado por la asamblea, de su “conveniencia teológica”, a la vez que recogía la inseguridad de algunos que “se preguntan si debe traducirse necesariamente en una obligación disciplinaria”; de ahí el interés de afrontarlo. En efecto, es conocido que las reservas sobre el celibato son frecuentes, y que proceden de consideraciones variadas.
Por ejemplo, no es infrecuente escuchar que abolirlo o relajarlo abriría el camino del sacerdocio a un número mayor de posibles interesados, sin olvidar, señalan por otro lado, que permitiría “readmitir” al sacerdocio a los que en su momento lo abandonaron para casarse; o que la causa de una buena parte de los abusos sexuales por parte de miembros del clero radicaría en eventuales deficiencias psicológicas ocasionadas por él. Parece que ninguna de estas suposiciones ha podido ser demostrada. Asimismo, a veces se presupone que exigir el celibato puede ser una condición gravosa e incluso imposible de vivir en determinadas situaciones, lo cual conduce a reflexionar sobre la naturaleza profunda del celibato, que o bien es don de Dios -y por tanto va acompañado por las gracias que lo hacen posible, en cualquier situación y con la cooperación del hombre- o bien se concibe como elección y producto humanos, que pueden resultar vanos. Del mismo modo, se escucha con frecuencia la afirmación de que para la Iglesia se trata de una cuestión puramente disciplinar; pero ¿significa eso que no tiene más justificación que una decisión impositiva, que falta en la historia de la teología o de la espiritualidad una convicción de que es un modo de vida teológicamente enraizado en la esencia misma del sacerdocio?
Por otra parte, conviene recordar que la forma celibataria de la vocación cristiana no es una exclusiva del sacerdocio, sino que también acompaña la vida consagrada y el camino vocacional de muchos laicos.
En definitiva, son tantos los aspectos de esta cuestión que tratarlos exhaustivamente hubiera resultado imposible. Pero las páginas que siguen sí ofrecen una panorámica interesante y útil, y una rica oferta informativa. Los principales argumentos quedan apuntados, gracias a las aportaciones de autores experimentados y competentes. Sus artículos aparecen completados con breves apuntes de la enseñanza de los Papas recientes y de los documentos más significativos de la Tradición de la Iglesia, y con la referencia a algunos lugares donde continuar ahondando en esta materia. No en vano se trata, con palabras de san Pablo VI, de “un don precioso de Cristo a su Iglesia, un don que es preciso meditar y fortalecer constantemente”.